ARTICULACIÓN ECUMÉNICA LATINOAMERICANA DE PASTORAL INDÍGENA (AELAPI)

APORTE A LA CAUSA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

ANTECEDENTES

El Vaticano II (1962-1965) trae sin duda nuevos vientos al reflexionar sobre la apertura al diálogo, la descolonización, la liberación de los pueblos, la dimensión de la Iglesia como Pueblo de Dios, la misión como servicio, anuncio del Evangelio y señal del Reino. Medellín regionaliza el espíritu del Concilio.

En el campo de las ciencias sociales y de la insurgencia étnica de organizaciones, pueblos y comunidades indígenas, se desarrolla un movimiento de contestación al carácter etnocida, autoritario y homogeneizador del indigenismo integracionista, adoptado por los gobiernos del continente, principalmente a partir del Primer Congreso Indigenista Latinoamericano celebrado en Petzcuaro, México en 1940.

Desde entonces se realizan diversos eventos, como el Simposio sobre fricción interétnica en América del Sur, el Congreso Internacional de Americanistas y la Reunión de Barbados I (25 al 30 de enero de 1971).

Este último encuentro, que reunió a antropólogos y representantes de organizaciones indígenas, se pronunció a favor de la tierra, cultura y autodeterminación de los pueblos indígenas y lanzó duras críticas a los Estados, las misiones y a los propios antropólogos.

El II Encuentro se realiza en la misma línea.

Las críticas dirigidas a la Iglesia, contrariamente a lo que se esperaba, fueron en general acogidas por misioneros e Iglesias locales, que se propusieron revisar su presencia y acción junto a los pueblos indígenas.

A la luz del Vaticano II y del aporte de las ciencias sociales comienzan a realizarse encuentros de pastoral sobre la cuestión indígena, con la intención de buscar caminos nuevos a los desafíos de la situación indígena e indigenista. Entre estos eventos, están los siguientes:

EL ENCUENTRO DE MELGAR (20-27 de abril de 1968). Promovido por el CELAM. Primer gran encuentro Indigenista después del Vaticano II. Su objetivo principal era revisar la actividad misionera a partir del Concilio (Doc. Ad Gentes).

PRIMER ENCUENTRO DE PASTORAL DE MISIONES en el Alto Amazonas. Convocado por el DMC. Realizado en Iquitos del 21 al 27 de marzo de 1971. Se trata del primer encuentro influido por Barbados I. Rodeado de un ambiente tenso, fue calificado por el P. Joaquín García, CETA, como evento desgarrador. La praxis de años era cuestionada por planteamientos nuevos. Su principal propuesta fue la creación de un consejo pastoral regional para toda la Amazonia, por encima de las fronteras. En la práctica siempre fue difícil esta articulación.

CONSULTA DE PASTORAL INDÍGENA. Promovida por el Movimiento Pro-Unidad Evangélica Latinoamericana y el entonces Equipo Nacional de Misiones (ENM), de Paraguay. Fue realizada en Asunción del 7 al 10 de marzo de 1972. Su objetivo principal: Definir posiciones frente a la Declaración de Barbados. Los participantes (antropólogos, misioneros católicos y evangélicos) admiten los errores señalados por Barbados I y se comprometen a una acción misionera liberadora.

PRIMER ENCUENTRO PAN-AMAZÓNICO DE PASTORAL INDIGENISTA (Manaus I), convocado por el DMC y la CNBB (Conferencia Nocional de los Obispos del Brasil). Realizado del 20 al 25 de junio de 1977 en la ciudad que lleva su nombre. El encuentro identifica tres tipos de acción misionera: a) tradicional, b) adoctrinadora y sacramentalista: b) desarrollista, paternalista: c) encarnacionista. Los participantes optaron por esta última y apuntaron hacia una pastoral indigenista ecuménica y supranacional, o sea, continental, con la pastoral regionalizada, que atiende a realidades socioculturales y políticas determinadas comunes.

REUNIÓN DE BARBADOS II. Realizada del 18 al 28 de Julio de 1977.

CONFERENCIA INTERNACIONAL DE ONG’s DE LA ONU, sobre la Discriminación de los Pueblos Indígenas en las Américas. Realizada en Ginebra del 20 al 23 de Setiembre de 1977.

LOS PRIMEROS PASOS DE LA AELAPI

El CIMI (Consejo Indigenista Misionero), motivado por la CNBB, por la propia coyuntura y los eventos citados, promueve el Primer Encuentro de Pastoral Indigenista del Cono Sur, del 11 al 15 de febrero de 1980. Siguiendo el espíritu de Manaus I, el evento buscaba: caminar hacia una evangelización liberadora supranacional-intereclesial. Se proponía también instituir mecanismos de formación e información entre las diferentes iniciativas nacionales.

En coordinación con la Comisión Evangélica Latinoamericana de Educación Cristiana (CELADEC), el CIMI convoca el Encuentro Ecuménico Panamazónico de Pastoral Indigenista (Manaus II) del 18 al 23 de noviembre de 1980. El encuentro fortalece lo perspectiva ecuménica en la Pastoral Indígena.

Es durante el Primer Encuentro del Cono Sur que nace la iniciativa de una articulación y apoyo más sistemático a la pastoral indígena del continente. Los objetivos iniciales de esta articulación fueron:

Intercambio de experiencias de las Iglesias junto a los pueblos indígenas.

Apoyo a las experiencias y al surgimiento de una pastoral indígena específica.

Promoción de formas de continuidad de este apoyo e intercambio para una pastoral en defensa de los pueblos indígenas.

CÓMO SE CONFORMÓ LA AELAPI

En el transcurso de la década de los 80 y comienzos de los 90 fue conformándose la Articulación Ecuménica Latinoamericana de Pastoral Indígena, en un proceso dialéctico de surgimiento o fortalecimiento de las siguientes entidades nacionales de pastoral indígena:

ENM (Equipo Nacional de Misiones, hoy Coordinación Nacional de Pastoral Indígena, de Paraguay). ENDEPA (Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, de Argentina). CETA(Centro de Estudios Teológicos de la Amazonia Peruana). Centro Cultural ABYA-YALA e INPRI (Instituto Nacional de Pastoral de los Pueblos Indígenas, de Ecuador), CONAPI (Coordinación Nacional de Pastoral Indígena, de Panamá). Secretariado de Culturas (de la Conferencia Episcopal de Bolivia). CENAMI (Centro Nacional de Ayuda a las Misiones, de México). CIMI (Consejo Indigenista Misionero, de Brasil) y CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias); y otras que son más recientes o que todavía no se constituyeron como instancias nacionales, como la Pastoral Indígena de Limón, Costa Rica. La Pastoral Indígena de Chile y la Comisión de Pastoral de Etnias de Colombia.

En su primera fase, que va más o menos hasta 1993, la articulación, es decir, los representantes de cada una de las entidades, se reunían una o dos veces por año, generalmente aprovechando la realización de consultas, cursos o encuentros, para evaluar cada actividad y planificar las posteriores.

A partir de 1993 se ve la necesidad de rediscutir la adecuación de la instancia y su funcionamiento a la nueva coyuntura sociopolítica, eclesial e indígena de América Latina. Se apostó por el fortalecimiento de las coordinaciones regionales, lo que, en algunos casos, permitió mayor participación de miembros de las entidades. En las reuniones no participaban representantes de todas las entidades, sino de algunas que conformaban la llamada Comisión Facilitadora: CIMI, CENAMI. CONAPI, INPPI, ENDEPA Y CLAI. La Coordinación General, que por muchos años fue asumida por el CIMI junto a la secretaria, fue transferida al CENAMI y el CLAI.

Con la Comisión Facilitadora se pretendía reducir costos y agilizar los procesos de evaluación y planificación. La Coordinación General continuó con la responsabilidad de mantener la comunicación entre las diferentes regiones, informar sobre los acontecimientos regionales, garantizar el seguimiento de los acuerdos y cuestiones pendientes de las reuniones (convocación, memoria, comunicaciones posteriores). Pasó a funcionar bajo la responsabilidad del país anfitrión.

PROGRAMAS DE LA AELAPI

1. Las consultas Ecuménicas

El primer programa impulsado fue el de Consultas Ecuménicas de Pastoral Indigenista, cuyos objetivos son los siguientes:

Saber la opinión de los pueblos indígenas sobre las políticas de los Estados, la actuación de las Iglesias y lo que quieren de las Iglesias.

Escuchar a los pueblos indígenas sobre su proyecto histórico.

Sensibilizar y estimular cambios en los agentes de pastoral, las Iglesias, gobiernos y sociedades.

Construir alianzas de los indígenas entre sí y con otros sectores.

Fueron realizadas tres consultas ecuménicas: 

La primera, en Brasilia, en mayo de 1983, con el tema Organizar la Esperanza. El evento señaló como demandas comunes de los pueblos indígenas la tierra, la organización y la autodeterminación. 

La segunda consulta fue en Quito. Ecuador, en Julio de 1986, con el tema Aportes de los Pueblos Indígenas a la Teología Cristiana. El debate entre teólogos indios y teólogos de la liberación alertó sobre la poca atención dada a la cuestión étnica indígena. De cara a los 500 años, los líderes indígenas presentes hicieron duras críticas a los Estados y a las Iglesias, e insistieron en el necesario protagonismo de sus pueblos en la definición de su destino.

La tercera consulta ecuménica fue realizada en Sao Paulo, Brasil, en mayo de 1991. El tema: Quinientos años: situación actual y raíces históricas de los Pueblos Indígenas, desafíos y compromisos.

2. Cursos latinoamericanos de formación

Durante la Primera Consulta Ecuménica, se tomó la decisión de fomentar un Programa de Apoyo a la Formación de los Agentes de Pastoral, que tenía como objetivos: sentar las bases de una orientación común, fortalecer experiencias liberadoras, ofrecer orientaciones teológico-pastorales, históricas, bíblicas y antropológicas y posibilitar una coordinación entre los países. Fueron realizados dos cursos de carácter latinoamericano, uno en São Paulo, en mayo de 1985 y otro en /m»iimka Primrinr on Dr+iihrp. de 1986. 

3. Cursos regionales de formación

En 1987 se estimó como necesario adaptar los cursos a las realidades regionales, aumentar el número de participantes, capaces de ser multiplicadores y fortalecer los vínculos entre los agentes por áreas culturales (mesoamérica, andina, amazónica, caribeña y del cono sur).

Entre 1987 y 1990 fueron realizados 8 cursos regionales; México, Setiembre de 1987; Santa fe, Argentina, octubre de 1987; Iquitos, Perú, noviembre de 1987; Panamá, febrero de 1989; México, mayo de 1989; Cochabamba, mayo de 1989; Asunción, Paraguay, septiembre de 1989; Manaus, febrero de 1990. Los cursos coincidían en los objetivos siguientes:

 Evaluar, fundamentar y redimensionar la práctica pastoral.

Fortalecer una práctica ecuménica.

Definir una pastoral indígena más solidaria con la realidad y las luchas de los pueblos indígenas.

4. 500 años del llamado descubrimiento e inicios de la Evangelización en el Continente

La conmemoración de los 500 anos posibilitó una mayor expresión de la lucha indígena en las Iglesias y en el escenario sociopolítico, nacional e internacional.

Para contribuir al proceso de reflexión y análisis de los 500 años, en la línea de repensar el futuro, la AELAPI organizó tres encuentros. El primero en La Paz, del 26 de abril al 1 de mayo de 1992, con la participación de líderes indígenas, ligados o no a las Iglesias. El segundo fue realizado en Quito, Ecuador, en septiembre de 1992, específicamente para agentes de pastoral no indígenas, que debatieron a partir de las propuestas que surgieron en el primer encuentro. El tercero se realizó en Iparacay, en noviembre de 1992, con la participación de los representantes de los encuentros anteriores, o sea, de indígenas y no indígenas. 

Los tres eventos permitieron analizar la participación e inserción de las Iglesias y agentes de pastoral en las luchas indígenas, aproximarse a la comprensión de las actuales demandas (tierras, territorio, autonomía, salud e educación a partir de las culturas…) y redefinir el apoyo a los procesos de los pueblos indígenas y comunidades indígenas.

5. La pastoral indígena en el contexto neoliberal.

En el contexto del modelo neoliberal, la AELAPI evaluó su contribución y consideró importante responder a los siguientes desafíos:

Cualificar el apoyo a los pueblos indígenas y comunidades indígenas.

Ampliar los espacios en las Iglesias y en la sociedad.

Profundizar en la fundamentación bíblica y teológica de nuestra práctica. 

Avanzar en la comprensión de las diferentes categorías teóricas, en las reivindicaciones y propuestas etno-políticas de los pueblos indígenas.

Contribuir a la capacitación de agentes de pastoral y líderes indígenas, así como a la sistematización de las experiencias y procesos.

Atendiendo a estas demandas la AELAPI organizó en noviembre de 1995 el Encuentro Taller Latinoamericano sobre Movimiento y Planteamientos Indígenas o Los pueblos de la esperanza frente al neoliberalismo, como se llamó al final el conjunto de documentos y conclusiones del evento. Los principales objetivos fueron:

Crear condiciones para facilitar la sistematización y difusión de las experiencias y propuestas de los Pueblos Indígenas.

Contribuir a la elaboración de análisis especializados de la realidad indígena actual y a la construcción de nuevos marcos teóricos para la lucha de los pueblos indígenas y la pastoral indígena.

Los temas centrales del encuentro fueron: tierra y territorio, autodeterminación y autonomía. Estados multiétnicos y pluriculturales, economía y desarrollo alternativo, realidad indígena urbana, teología india, diálogo interreligioso y ecumenismo.

APORTES SIGNIFICATIVOS DE LA AELAPI

Durante todos estos años de experiencia de articulación entre entidades de pastoral indígena de varios países de América Latina, fueron posibles, entre otros, los siguientes aportes:

1 – Contribuir mecanismos de coordinación latinoamericana y regional que permitieron un acompañamiento y apoyo sistemático y solidario a las luchas y demandas de los pueblos indígenas y al ejercicio de una pastoral indígena específica inculturada y liberadora.

2 – Fortalecer la dimensión continental de la causa indígena.

3 – Contribuir efectivamente a la formación teológico-pastoral, bíblica, antropológica y sociopolítica de muchos agentes de pastoral que, en la mayoría de los casos, se convirtieron en multiplicadores de nuevas perspectivas y propuestas.

4 – Desarrollar el proceso de surgimiento, capacitación y fortalecimiento del protagonismo de líderes y organizaciones, dentro y fuera de los Iglesias, dando condiciones a la proyección nacional de las luchas o a procesos específicos como el de la teología india.

5 – Apoyar en concreto los procesos organizativos, experiencias de autogestión, movilizaciones y luchas a favor del reconocimiento y respeto de los derechos históricos a la tierra, la cultura y la identidad, entre otros. 

6 – Acompañar la evolución de las luchas y e las pautas reivindicativas de los pueblos indígenas, a nivel nacional e internacional, ayudando a sistematizarlas y trabajando para adecuar la pastoral a estos nuevos desafíos.

7 – Construir una perspectiva pastoral que abarca procesos integrales, que incluyen además de la dimensión religiosa y espiritual, el aspecto económico, político, social y cultural, a partir de las particularidades nacionales o regionales.

8 – Fortalecer procesos y experiencias de inculturación, diálogo interreligioso y ecuménico, abriendo espacios para la Iglesia indígena, la alteridad socioreligiosa y la teología india, al grado de conquistar un espacio de reflexión y sistematización.

9 – Ayudar al fortalecimiento de las alianzas interétnicas y de otros sectores y organizaciones populares.

10 – Promover el surgimiento, consolidación y reestructuración de instancias o comisiones nacionales de la pastoral indígena (Panamá, Argentina, etc.).

11 – Conquistar el apoyo de la Conferencia Episcopal o de parte de ella en varios países.

12 – Articular, desde una perspectiva ecuménica, el trabajo conjunto de entidades católicas con Iglesias u organismos evangélicos, en los diferentes países o regiones, y sobre todo llevar adelante la programación, ejecución y evaluación permanente de las actividades, juntamente con el CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias). La articulación y, principalmente la cuestión indígena, constituyeron siempre un espacio privilegiado de convergencia ecuménica, de unidad y de fraternidad cristiana.

13 – Dialogar especialmente sobre la situación y las luchas de los pueblos indígenas y la pastoral indígena. El conjunto de las entidades de la articulación, pudo enriquecerse así y emprender acciones efectivas de solidaridad. En esta perspectiva, la AELAPI posibilitó durante algunos años la edición y distribución del informativo AMERINDIA, cuya publicación se suspendió por razones de infraestructuras y recursos.

ALGUNAS DIFICULTADES Y DESAFÍOS

1 – Muchos agentes de pastoral o comisiones nacionales de pastoral indígena vivieron momentos de tensión con sus superiores inmediatos, la jerarquía de las Iglesias o de la Órdenes Religiosas.

2 – Había cierta resistencia de sectores de las Iglesias respecto a una pastoral o evangelización inculturada y liberadora. Las programaciones y sus resultados eran recibidos con cierta desconfianza o restricciones.

3 – Durante algunos cursos o encuentros también hubo momentos de tensión entre la perspectiva indígena y la práctica de los agentes de pastoral. Dicha situación, que en general refleja realidades locales y nacionales, a la larga ayudó a crecer y avanzar.

4 – No fue imposible incorporar en el proceso de articulación a algunos países como Venezuela y Colombia, situación que reflejó la lenta o compleja coordinación nacional de las distintas experiencias pastorales. Fue igualmente difícil mantener coordinadas algunas regiones como la andina y la amazónica, a pesar de los avances en términos de nacional en los diferentes países. 

5 – La falta de recursos y los efectos del neoliberalismo que afectaron también a la cooperación internacional, fueron progresivamente limitando o condicionando la actuación de la AELAPI.

6 – El aumento de la conciencia social y étnica, del protagonismo político y religioso de los indígenas, plantea la definición de nuevos papeles a los agentes de pastoral e Iglesias que los acompañan.

PERSPECTIVAS

Son parte de las perspectivas de la articulación los siguientes objetivos y líneas de acción, definidos en la última reunión de la Comisión Facilitadora realizada en 1996.

1. Objetivos

Estimular y fortalecer las articulaciones regionales, en el marco del diálogo ecuménico e interreligioso, para profundizar en el conocimiento de las respuestas que los pueblos indígenas están dando al neoliberalismo, y que fueron en el Encuentro sobre Movimiento y Planteamientos Indígenas, realizado en Quito, en noviembre de 1995.

Favorecer la iniciativa de que las acciones y trabajos realizados en las regiones sean parte de una estrategia continental.

Desarrollar mecanismos de intercambio y comunicación entre las diferentes entidades de la AELAPI, para fortalecer la fraternidad y la dimensión continental de los Pueblos Abya-Yala.

2. Líneas de acción

Estimular a las entidades de cada región, para que se reúnan, retomen su articulación y elaboren un programa de actividades conjuntas.

Compartir, entre los diversos países y regiones, recursos humanos e infraestructura. En la medida de lo posible, las entidades asumirán los gastos del viaje de sus representantes a las actividades o eventos regionales. 

 Promover en los diferentes países o regiones jomadas de estudio y profundización del marco teórico, definido en el encuentro de Quito.

 Promover instancias de articulación ecuménica en cada país, que permitan crear mecanismos de complementación programática.

Promover entre los diferentes países o regiones el intercambio de asesorías y experiencias sobre los temas prioritarios del marco teórico.

Garantizar la participación representativa de líderes y organizaciones indígenas en todas las iniciativas de la articulación regional y continental de los pueblos indígenas.

Constituir un banco de datos a nivel nacional, regional y continental, que incorpore los temas del marco teórico y los posibles recursos humanos capacitados para desarrollar estos temas.

Intercambiar entre diferentes entidades de la articulación los boletines, revistas y periódicos.

Ofrecer informaciones sobre las realidades y acciones indígenas o pastorales a los diferentes medios de comunicación de las entidades miembros (revistas, periódicos, boletines, conferencias electrónicas), a su debida divulgación o utilización para acciones de solidaridad.

CONCLUSIÓN

La AELAPI, después de más de 15 años de actuación, ciertamente contribuyó a la cualificación del acompañamiento y del trabajo pastoral junto a los Pueblos indígenas al posibilitar la reflexión de la práctica, el análisis de la realidad, la información y la formación teológica, bíblica, pastoral, histórica, antropológica y sociopolítica de muchos agentes de pastoral. Los esfuerzos de articulación nacional regional y continental de la pastoral indígena muestran una alta conciencia de fraternidad y solidaridad de las entidades y sus miembros, al servicio del destino de los pueblos Indígenas. Directa o indirectamente se contribuyó a la sensibilidad y compromiso de las Iglesias y sociedades nacionales con la causa indígena, causa que es un permanente desafío pues exige información, comprensión y aportes concretos de las Iglesias, según las exigencias y propuestas de los pueblos y comunidades indígenas.

La formación permanente de los agentes de pastoral es una necesidad básica, para contribuir mejor a los procesos integrales de los pueblos. De la misma forma, en el marco de la globalización. Son importantes la priorización y el manejo apropiado de nuevas políticas y estrategias y posibilidades de comunicación, así como mecanismos de coordinación y articulación de experiencias, iniciativas y propuestas de carácter nacional, regional y continental. Ante la variedad de desafíos e incluso de adversidades, es necesario mucha creatividad, esperanza y fe en el futuro.